lunes, 15 de octubre de 2012

Rinconcitos de Vera (II)

Hace un tiempo dejábamos nuestro placentero paseo por Vera en el parque conocido como El Palmeral, si la memoria no me falla...¡que a estas alturas quién sabe!

Pues desde ahí vamos a bordear el pueblo, azotado por las inundaciones recientes, hasta la estación de autobuses a través de un tranquilo paseo a lo largo de la rambla del río. Se trata de una caminata de veinte o treinta minutos por una de las zonas más tranquilas y bonitas de Vera.

Si el paseo anterior nos pareciera extenuante, podemos sentarnos en alguno de los bancos del paseo, con la mirada puesta en el lago artificial donde suelen nadar peces enormes de diferentes colores, a la sombra de los olivos; o disfrutar unos instantes con la visión de las "esculturas" cercanas a dicho lago.

Estación de autobuses

La estación de autobuses de Vera se sitúa en una de las entradas más bonitas de la ciudad. Junto a ella se está levantando un auditorio que, aunque parece no acabarse nunca, promete ser bonito rodeado de palmeras que dan color al Paseo Miguel de Cervantes que atraviesa buena parte de la localidad.

También se pueden ver por allí los Juzgados, cuya fachada recuerda algo a la Casa Batlló o a la célebre Pedrera de Gaudí.

Un poco más arriba, a medida que se deja atrás la estación, se encuentran el tanatorio Virgen de las Angustias frente a una enorme fuente, la Plaza de los Naranjos, la agencia de traducción Traducsur y una de las estaciones de servicio.

Espíritu Santo

Desde la estación de servicio, a mano izquierda y a través de la Calle Ancha, se abre otro paseo ante nosotros. No tan bonito como los anteriores, cierto, pero de interesante itinerario, pues nos acerca al pabellón deportivo Blas Infante, llamado así en honor al padre de la, dicen, patria andaluza.

Pero no sólo el pabellón es digno de mención: uno de los lugares identificativos de la ciudad es el cerro del Espíritu Santo, al que se puede acceder hoy desde el paseo y por unas escaleras expresamente habilitadas para tal fin. Desde la cima del cerro la estatua del Sagrado Corazón de Jesús domina y protege la ciudad nueva y cutodia las ruinas de la ciudad original que pueden verse aún durante el ascenso.

Las vistas del valle desde este cerro sólo son superadas por las que ofrece el mirador de Mojácar. De vuelta al paseo, puede el visitante acercarse al pequeño polígono industrial veratense -que no es tal, pues el más cercano se encuentra en la vecina localidad de Antas- donde encontrará talleres como Fiat, donde revisar el coche antes de continuar el viaje por la bonita ciudad mediterránea.

Y así es como llegamos a la tercera etapa del camino en el que descubriremos los rincones más bonitos de Vera...

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