
Pero, ¿cómo ha afectado el fuego a la geografía española? Hagamos un breve repaso por los principales "puntos calientes"...
Canarias
Entre mediados de julio y la primera semana de agosto ardían las islas de La Palma, Tenerife y La Gomera. La provincia de Santa Cruz de Tenerife se convirtió de este modo en una de las primeras en arder, y los canarios vieron con horror como perdían cerca de 7.000 hectáreas, lo que puso en grave peligro especies como el drago a los pies del Parque Nacional del Teide.

Madrid
El 27 de agosto ya no nos sorprendió que se desatara un incendio en la comunidad madrileña que acabó con 2.000 hectáreas y provocó el desalojo de otras tantas personas.

Sin duda es la Comunidad Valenciana la que se lleva la palma en cuanto a focos y pérdidas: cerca de, siéntense antes de continuar, 62.000 hectáreas fueron arrasadas por las llamas entre llamamientos gubernamentales a la UE.

Cataluña
Otro de los grandes problemas en la lucha contra el fuego lo presentó Cataluña, donde han ardido más de 17.000 hectáreas de norte a sur. Los incendios de La Rasquera (Tarragona) y La Junquera (Gerona) han sido los más activos, especialmente el último, y han llegado a amenazar seriamente áreas de la foresta pirenaica.

El panorma es desolador en las provincias leonesas, que han perdido alrededor de las 15.000 hectáreas en pocos días. Y a estos incendios hay que sumar los de las provincias de Orense y La Coruña, que suman algo más de 1.hectáreas al desastre en el norte del país.
Extremadura
En la provincia de Cáceres, al norte de Extremadura, dos intensos focos pusieron en alerta a los vecinos y a las fuerzas de seguridad. Finalmente, aunque no se tienen datos firmes de lo que ha supuesto el desastre, se calcula que ronda las mil hectáreas.
Castilla-La Mancha

Las provincias del sur también se han visto afectadas, especialmente Albacete y la Región de Murcia, donde se han perdido más de 6.500 hectáreas.
Andalucía
Y justo cuando ya empezábamos a creer que había pasado el infierno, dos noticias nos sorprenden y echan por tierra nuestras esperanzas: a finales de agosto arden la Sierra de Bédar (Almería) y la Sierra de Coín (Málaga). Este último llegó a afectar hasta a nueve pueblos de las inmediaciones y provocó desalojos en toda la provincia y la muerte de un ciudadano británico de 78 años.
Un panorama aterrador que puede evitarse si tomamos conciencia de la necesidad de preservar el entorno natural para un completo y saludable desarrollo de la vida humana, y teniendo en cuenta una serie de consejos básicos a la hora de disfrutar en la naturaleza.
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