lunes, 15 de julio de 2013

Nos vemos en septiembre. ¡Felices vacaciones a todos!

Hola, compañeros de viaje:

Una vez más me dirijo a vosotros para haceros saber, en primer lugar, que hoy termina nuestra etapa invernal. El verano, como el año pasado, será un tiempo de búsqueda de nuevo material y de intenso trabajo para ofreceros cada día un mejor viaje. Al final, viajar con Por caminos y ciudades será una experiencia única.
Sí, yo sé que a muchos os apenará este parón, pero os aseguro que es breve. Volvemos con más  mejor contenido a partir del 15 de septiembre. Como siempre os digo, podréis pasaros por el blog para ver cómo va cambiando, cómo va mejorando.

En segundo lugar, quisiera recordar a nuestros lectores que hoy comienza el plazo de envío de las fotografías para el I Concurso de Fotografía de Tradiciones de Por caminos y ciudades. Si estáis interesados en participar, sólo tenéis que leer las bases del concurso y enviar vuestras fotografías al correo electrónico del blog.

Hablando de cambios y mejoras, os propongo que enviéis al correo electrónico, dejéis un comentario aquí mismo o comentéis en la página o el grupo de Facebook, aquellas mejoras y cambio que os gustaría ver en esta nueva etapa del camino. Os recuerdo, por si a alguien se le olvida, que fruto de vuestros comentarios fueron las noticias de actualidad, el cambio de colores y fondos, y la serie de "Cómo celebramos...", para la que se está creando nuevo contenido. ¡Os encantará!

Bueno, no os robo más tiempo. Espero que paséis un feliz verano (invierno para nuestros lectores suramericanos), y volver a veros muy pronto en Por caminos y ciudades.

¡Un abrazo, compañeros!

Francisco Cano Carmona.

viernes, 12 de julio de 2013

Música de España (II): Pasodobles (I)

Como ya se dijo en la entrada anterior referente a la música española, el pasodoble es una de las señas de identidad cultural española.
Y es que este género musical lo impregna todo: fue introducido para las festividades taurinas a la hora de animar las corridas, se ha empleado en marchas militares, etc.

En pocas manifestaciones culturales de la sociedad española no suena algún pasodoble. Y, sin duda, uno de los más famosos e identificativos de España, especialmente de su fiesta nacional, es España cañí, que incluso tiene letra y fue magníficamente interpretado por el artista almeriense Manolo Escobar...




Nerva fue un importante emperador romano predecesor del hispano Trajano y deificado por este mismo. En su honor fue llamado así el famoso pueblo onubense en el que nació el célebre compositor Manuel Rojas, autor del pasodoble homónimo que os presento aquí abajo...





A base de grandes hombres se ha compuesto no sólo la historia sino la música española. El pasodoble es en buena medida un canto a grandes personajes de España.
En este caso, el torero Fernando Gómez García, más conocido como El Gallo, inspiró al autor del aún más conocido Gallito. Espero que os guste la pieza...



lunes, 8 de julio de 2013

Estampas de viajes: Los fantasmas de las minas

Este texto apareció por primera vez en el blog de literatura "Literatura en Volendam" y, después, en "Nuevas Letras".
Aunque dedicado a un buen amigo que veranea por la zona, pretende ser una estampa al recuerdo de las minas que se abrieron en Rodalquilar, San José y otros lugares de la provincia de Almería. Lugares que hoy pocos recuerdan y cuya memoria el tiempo y la desidia de los jóvenes van dejando morir.
"A J.G.M.,
por aquella alemana...


Los paisajes del Mediodía español están plagados de caminos donde uno podría perderse con facilidad, castigado por el ardiente sol que brilla en el sureste peninsular.
Es precisamente en uno de estos caminos que atraviesan lomas peladas y llanos donde crecen los cardos, donde tuvo lugar la historia que traigo para vosotros.
Cuando el sol luce más alto en el cielo despejado del Cabo de Gata, cuando el paraje está desierto, salen de la tierra los fantasmas de las minas circundantes.
Siguen allí, cerca de Rodalquilar, Las Negras, San José y La Isleta, buscando oro para pagar el viaje al Inframundo.
No son los típicos fantasmas que aparecen de noche en los pueblos y ciudades de todo el mundo, no. No son de esos cuyos aullidos se escuchan por los pueblos del Parque, no. No son de esos que pretenden asustar a los infelices que, confiados, se adentran en la oscuridad de la noche, no.
Estos fantasmas se apostan en el recodos del camino, donde hay alguna sombra. Allí esperan a los caminantes que buscan refugio contra el fulgor del astro rey.
Cuando los viajeros se detienen junto a los fantasmas, estos les hablan de las maravillas que encierran aún las minas en sus entrañas.
Si el viajero es alguien ávido de fortuna a no importa qué precio, su perdición será hacer caso de los consejos de los espíritus. Una vez que haya entrado en la mina, deseoso de encontrar cuantos tesoros se le han prometido, su alma quedará encerrada allí para siempre.
Si el viajero es alguien de corazón noble y rechaza lanzarse a buscar tesoros que pertenecen a quienes antaño trabajaron la mina, el fantasma los dejará seguir su camino. El viajero podrá descansar en aquel rincón, calmar su sed y disfrutar de la conversación con un alma de otro tiempo, un recuerdo de aquellos parajes.

Pero sería fácil, pensaréis, rechazar la proposición de los espíritus una vez que os los encontréis a la vuelta de un requiebro del camino. Nada más lejos de la realidad.
No hay forma humana de saber si quienes os regalan los sueños de riqueza, son o no almas de este mundo. Son tan hermosos sus discursos, que es difícil desprenderse de la idea de amasar oro y piedras preciosas en grandes cantidades con solo adentrarse un poco en las minas. Estos fantasmas saben bien cómo encandilar a los hombres codiciosos, a los ladrones y a los avaros. Llevan décadas reclutando almas envidiosas para que caven en las minas a las que ellos mismos están atados.
Una vez encontré a uno de estos fantasmas. Era un día despejado, el sol brillaba en su cenit, y el Parque estaba completamente desierto.
Estuve tentado a entrar, pero había escuchado las historias sobre alemanes e ingleses que no habían vuelto de su ruta, así que decidí volver cuanto antes a casa y escribiros esta advertencia".

viernes, 5 de julio de 2013

Playas de Vera, un atractivo turístico para toda Almería

Empezábamos nuestro paseo por la ciudad almeriense de Vera con un rapidísimo vistazo por su costa antes de pasar al interior y visitar sus plazas, sus monumentos, sus museos, etc.
Precisamente en la costa descubrimos su parque acuático y sus hoteles.
Pero, lamentablemente, no profundizamos en el conocimiento de sus playas, no nos sumergimos en las aguas cálidad del Mediterráneo ni nos tumbamos en sus arenosas orillas.

Pues bien, hoy os presento una visión más profunda de la costa veratense. Hoy os propongo recorrer todas y cada una de sus soleadas playas, extendidas a lo largo de unos seis kilómetros, disfrutables todos los días del año.

Os invito a seguir el paseo, a conocer más sobre este interesante rincón del Levante almeriense pinchando en el enlace al artículo en Suite101.

lunes, 1 de julio de 2013

Granada: Dónde comer y dónde no (III)

Seguimos dando vueltas a esta mini guía de restaurantes, bares y locales donde comer, tomar un tentempié o, simplemente, disfrutar de un ambiente agradable en una ciudad de ensueño.

En entradas anteriores os hablé de algunos sitios donde no ir a comer bajo ningún concepto, y ahora me gustaría retomar un nombre del que entonces dudaba: la cervecería La Plaza, en Plaza Bib-Rambla.

En ella, no solo se sentirá despreciado el cliente, sino que saldrá con el firme sentimiento de ser objeto de la más cruel de las estafas. Con esa idiosincrasia que parece caracterizar a los propietarios de locales en Granada, tierra con una memoria más que turbulenta, el dueño es capaz de hacer caso omiso a los clientes siempre que esté disfrutando de un trago con una especie de rancia clientela. Por si esto fuera poco, el servicio es, además de lento, pobre y caro en exceso, de manera que no puede disfrutarse de lo que allí se consuma. Los precios son poco competitivos y el trato deja muho que desear.

Pero no todo es malo en la ciudad de la Alhambra. Existen lugares donde comer algo diferente, donde escapar de lo tradicional para aquellos que deseen probar cosas nuevas y que son muestra de cómo la ciudad sabe ofrecer lo mejor que tiene.

Así, para vegetarianos y amantes de lo nuevo, en calle Gran Capitán hay abierto un pequeño local de comida vegetariana: El Piano.
Se trata de una pequeñísima franquicia que cuenta con locales solo en Málaga, Granada y York (Inglaterra).
Ofrece sabrosos platos elaborados a base de productos de la tierra a un magnífico precio y con una presentación originl como pocas. Sin duda alguna, El Piano es un lugar donde descubrir parte de esa Granada alternativa que enamora a muchos.

Otra posibilidad es entrar a cualquiera de las numerosas bocaterías de la ciudad que, aunque son cada vez más caras, siempre queda alguna que merece la pena probar.

Hablando de bocadillos, os advierto contra los de la bocatería Guerrero, en Plaza Trinidad, que, aunque a un precio aún asequible, han quedado en cuatro migajas de pan mal unidos con un poco de mayonesa.
Sí están muy bien, en cambio cualquiera de los que podáis tomar por San Antón o, incluso, por Arabial.