lunes, 5 de noviembre de 2012

Personajes del mundo: Jack-o-Lantern

El pasado lunes, a pocos días de la festividad del Día de los Santos y el de los Difuntos, publiqué una entrada sobre las diferentes formas de celebrar ese día en el mundo. En un breve paseo por varios países nos hacíamos juntos una idea de las enormes diferencias y similitudes culturales existentes entre los pueblos.
Recuerdo que dejé la explicación sobre Halloween a medio terminar por dos razones: la extensión de la entrada anterior era ya demasiado larga, y pretendo iniciar una nueva serie a la que titularé "Personajes del mundo", que iniciaré con Jack-o-Lantern, en quien se inspira el trabajo de las calabazas de la fiesta de los difuntos en el mundo anglosajón...

¿Quién fue Jack-o-Lantern?

De acuerdo con una antiquísima leyenda irlandesa, había un campesino al que todo el mundo llamaba Jack el Tacaño. Se trataba de un campesino holgazán hasta lo indecible y astuto hasta lo impredecible.

Conocedor de su habilidad, solía jactarse de que podría engañar a cualquiera, incluso al mismísimo Lucifer. Ocurrió, como suele ocurrir cuando uno tienta demasiado a la suerte, que el Rey de los Infiernos se apareció a Jack mientras éste bebía y comía en una taberna. Lucifer no llegó precisamente a acompañarlo en el jolgorio que tenía montado a su alrededor, sino a llevarse el alma de aquel desgraciado a sus lóbregos dominios.

Jack, en un momento de aquellos momentos de lucidez que lo caracterizaban, retó al Diablo a demostrar su poder y lo incitó a convertirse en moneda con la que pagar la copiosa cena antes de morir. Satán aceptó gustoso. Una vez convertido en moneda, el campesino lo introdujo en su zurrón junto a una cruz, de modo que el Señor de las Tinieblas perdió su poder y quedó convertido en moneda hasta que prometió a Jack volver a por su alma al cabo de diez años.

Una década después de su primer encuentro, el Diablo volvió a visitar a Jack para llevarse su alma. En esta ocasión el sagaz campesino sugirió la conveniencia de concederle un último deseo antes de dejar para siempre el mundo de los vivos y sumirse en los tormentos del Infierno. Una vez más, Satán aceptó. Jack le pidió que le trajera una manzana de un manzano cercano en el que, encaramado ya Lucifer, talló una cruz que volvió a dejar sin poder alguno a la malévola criatura.
Jack obligó al Diablo a prometer que nunca volvería a por su alma, que lo dejaría vivir libre de los tenebrosos caminos que recorren el inframundo. El Diablo, sin más opción, capituló.

Muchos años después murió el tacaño campesino y subió al Cielo, donde San Pedro le prohibió la entrada a la vista del largo historial de fechorías en su haber. Descendió entonces al Infierno, donde Lucifer lo rechazó en cumplimiento de su promesa años atrás. Jack se vio obligado a vagar eternamente por el mundo de los vivos, atrapado entre el Cielo y el Infierno por culpa de su comportamiento pernicioso y su astucia.

¿Y qué tiene que ver con Halloween?

Bueno, la razón por la que se tallan calabazas -originalmente nabos- y se introducen velas en su interior no es otra que la de señalar el camino a las almas de los difuntos que ese día vuelven al mundo de los vivos.
De no hacerlo así, puede que Jack-o-Lantern (Jack el Linterna, como se le conoció después) toque a la puerta de alguna familia y les proponga el terrible "¡Truco o trato!"



Conocer la historia de nuestros personajes, de nuestra mitología, de nuestras leyendas es fundamental para conocer el mundo y las tradiciones. Nos veremos en la próxima entrega...

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