

Hoy os presento una interesantísima iniciativa que gobiernos como los de China y Egipto llevan poniendo en práctica o planeando hacerlo desde hace algún tiempo: museos subacuáticos.
Una forma inteligente de explotar el patrimonio hundido y de acercar al público a los vestigios de antiguas civilizaciones para concienciarlos de la necesidad de proteger dicho patrimonio; que es, precisamente, uno de los objetivos planteados en la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.
Estos museos se extienden desde las costas mexicanas a las chinas, pasando por bellos e importantes enclaves mediterráneos.


Sí tendrá dicha categoría el futuro Museo Arqueológico de Alejandría, que se encuentra diseñando para 2014 el arquitecto francés Jacques Rougerie, cuya idea es crear una exposición en tierra firme y una segunda bajo la superficie del Mediterráneo. Y objetivos parecidos tienen también a corto plazo las instituciones culturales y gubernamentales turcas e israelíes. En España está el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, en la región de Murcia.

Se trata de un promontorio rocoso donde están grabadas las inscripciones hidrológicas en piedra más antiguas del mundo, en las que quedaron registradas, a lo largo de mil 200 años, las variaciones del nivel de las aguas del río Yangtzé, las cosechas y los títulos de los miembros de la dinastía Tang.
Y aunque muchos otros lugares de interés cultural que están bajo las aguas no tienen la categoría de museo, sí que existen recorridos para actividades subacuáticas en sus alrededores, pero esa es otra historia de la que os hablaré en próximas entradas.
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