En cierta ocasión, hace tantos meses que ya ni se recordará, os traje una entrada sobre el Patrimonio Cultural Subacuático y la UNESCO. Resultó muy interesante acercarse desde la superficie a ese mundo perdido, oculto bajo las aguas y que forma parte de nuestra historia, de nuestra vida como especie.
Sin embargo, quedarnos ahí me pareció una triste idea. Si teníamos la posibilidad de seguir conociendo nuestra historia oculta, por qué no hacerlo. Así que resolví continuar husmeando, rebuscando aquí y allá, encontrando información que pudiera resultarnos valiosa. Y encontré algo...
Hoy os presento una interesantísima iniciativa que gobiernos como los de China y Egipto llevan poniendo en práctica o planeando hacerlo desde hace algún tiempo: museos subacuáticos.
Una forma inteligente de explotar el patrimonio hundido y de acercar al público a los vestigios de antiguas civilizaciones para concienciarlos de la necesidad de proteger dicho patrimonio; que es, precisamente, uno de los objetivos planteados en la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático.
Estos museos se extienden desde las costas mexicanas a las chinas, pasando por bellos e importantes enclaves mediterráneos.
Es precisamente en México donde se abrió el Museo Subacuático de Arte (MUSA), en las costas de Cancún, más exactamente, con la intención de regenerar los afectados arrecifes de coral naturales, castigados por la afluencia excesiva y continuada de turistas y por los últimos desastres naturales.
Pero el conjunto escultórico mexicano es moderno, demasiado actual como para formar parte del patrimonio subacuático que, de acuerdo con la antes mencionada convención, ha de tener más de un siglo de antigüedad.
Sí tendrá dicha categoría el futuro Museo Arqueológico de Alejandría, que se encuentra diseñando para 2014 el arquitecto francés Jacques Rougerie, cuya idea es crear una exposición en tierra firme y una segunda bajo la superficie del Mediterráneo. Y objetivos parecidos tienen también a corto plazo las instituciones culturales y gubernamentales turcas e israelíes. En España está el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena, en la región de Murcia.
Pero es en China, no obstante, donde ya se nos lleva de nuevo ventaja. El gigante asiático abrió el Museo Subacuático de Baiheliang, un sitio arqueológico ubicado en Chongqing, que quedó sumergido bajo las aguas del embalse de las Tres Gargantas.
Se trata de un promontorio rocoso donde están grabadas las inscripciones hidrológicas en piedra más antiguas del mundo, en las que quedaron registradas, a lo largo de mil 200 años, las variaciones del nivel de las aguas del río Yangtzé, las cosechas y los títulos de los miembros de la dinastía Tang.
Y aunque muchos otros lugares de interés cultural que están bajo las aguas no tienen la categoría de museo, sí que existen recorridos para actividades subacuáticas en sus alrededores, pero esa es otra historia de la que os hablaré en próximas entradas.
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