Esta Navidad me levanté raro y me dije "lee el periódico, Paquito, que hoy te va a gustar". Y eso hice. Ya os he traído entradas relacionadas con China -al menos se mencionaba al giante asiático- y en una entrada anterior os hablé del tren como el mejor medio para recorrer Italia dentro de la serie "Erasmus en Roma". Bien, pues el día 26 de diciembre de 2012 lo astros se alinearon y ambos elementos se conjugaron.
Ya, dicho así parece una tontería más, pero no lo es: la todopoderosa China inauguró ese mismo día la línea de alta velocidad más larga del mundo con un eje de 2.298 kilómetros que une la capital con Cantón, la ciudad más próspera del sur del país.
Parece mucho, ¿verdad? Pues esa distancia será recorrida por el tren bala en unas ocho horas, casi doce horas menos que los trenes convencionales. La velocidad, para los amantes de los cálculos, es de unos 300 km/h. De este modo, el gigante consigue batir un nuevo récord y deja atrás a sus posibles competidores al tiempo que demuestra qué país marcará las pautas de desarrollo en estos dos siglos.
Y no es el único récord que bate China en el campo de lo transportes. El 27 de diciembre de 2009 -por lo visto no tienen nada mejor que hacer en Navidad- el país asiático presentó el tren más rápido del mundo, capaz de recorrer en tres horas la distancia entre Wuhan, capital de la región de Hubei, y Cantón.
Sin duda, la conclusión de este nuevo proyecto ferroviario supone un nuevo giro de tuerca en la pugna entre las compañías ferroviarias y las aerolíneas del país, enzarzadas en una guerra de viajeros que muchos echamos en falta en tierras más cercanas. Y con su apertura el gobierno "cumple" con parte de sus objetivos en materia de transportes públicos: más de 9.000 kilómetros de línea ferroviaria frente a los 16.000 proyectados para finales de 2012 con trenes en circulación con una velocidad media de 350 km/h.
Todo un notición para los amantes del tren y para quienes aconsejamos el uso de estos transportes en distancias largas.
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