A diario llegan a periódicos y televisiones noticas sobre la inmigración y la emigración, sobre gente que se ve forzada a dejar atrás su vida y comenzar una nueva a causa de crisis económicas, guerras y desastres naturales.
Por eso, hoy nos acercamos a algunas canciones que, aunque para muchos habrán pasado a la historia, para muchos siguen sonando y resonando cada vez con más fuerza. Esta entrada se la dedicaremos a quienes han tenido que abandonar su tierra para poder labrarse un futuro que allende los mares le negaban las situaciones.
En primer lugar, os traigo algo que a todos nos ha sonado. Y es que No llores por mi, Argentina ha sido versionada en diferentes idiomas -¡quién no recuerda a Madonna cantándola!-. Para nuestros amigos argentinos, estén donde estén, y para quienes tuvieron que emigrar a Argentina, esta versión de Paloma San Basilio va por ellos...
Cruzamos el Atlántico y volvemos a España. La España de mediados del siglo XX. La España que vio partir a sus hijos huyendo del hambre y de la pobreza.
Interpretada por el magnífico Antonio Molina, uno de los más grandes cantaores que ha parido la piel de toro, en la película El pescador de coplas, Adiós mi España querida se ha convertido en todo un símbolo de una época y de una nación...
¿Os ha gustado? Pues seguimos con una línea parecida. Esta que os traigo ahora se llama El emigrante, y aunque ha sido versionada por muchos músicos, en el recuerdo de todos los españoles ha quedado grabada la voz de otro gigante de la copla como fue Juanito Valderrama.
Con todos vosotros, una de las más agridulces coplas que se hayan escrito para el camino...
No hemos acabado. Aunque no suelo poner más de tres vídeos musicales en este tipo de entradas, a esta la consideraremos especial. Cierto es que esta canción ya ha sonado en Por caminos y ciudades, así que no me enfadaré si decidís no escucharla.
Personalmente, me quedo escuchando Suspiros de España de Estrellita Castro a bordo del buque que transportaba a una extraña mescolanza de europeos hasta las costas del continente americano... ¡quién sabe si alguno llegaría a Argentina!